26 abril 2024
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La traducción en el Comité Olímpico Internacional

Cuando Pierre de Coubertin decidió recuperar la tradición griega de los Juegos Olímpicos a finales del siglo xix, pocos se habrían imaginado la magnitud que llegaría a alcanzar su proyecto. Hoy, los Juegos Olímpicos son el mayor acontecimiento deportivo del mundo y su emblemático símbolo, compuesto por cinco anillos entrelazados, es conocido por todos.

El Comité Olímpico Internacional (COI) actúa de catalizador para la colaboración entre todas las partes que componen la familia olímpica: comités olímpicos nacionales, federaciones internacionales, comités organizadores de los Juegos Olímpicos, atletas, patrocinadores, radiotelevisiones o agencias de las Naciones Unidas, entre otros. Su labor reposa sobre la excelencia, el respeto y la amistad, los tres valores que conforman los pilares del olimpismo, una filosofía que sitúa el deporte al servicio de la humanidad. En su sede de Lausana (Suiza), trabajan unos 600 empleados a orillas del lago Lemán en la recién inaugurada Casa Olímpica. Un grupo más reducido se encarga, desde Madrid, de Olympic Channel y de OBS, el servicio de radiodifusión.

Ante el escueto tamaño del equipo de nuestro idioma (un único traductor español y una coordinadora de traducción), la polivalencia es fundamental.

En esta organización, un traductor debe ser un excelente generalista… especializado. Tenemos tres unidades: inglés, francés y español. Ante el escueto tamaño del equipo de nuestro idioma (un único traductor español y una coordinadora de traducción), la polivalencia es fundamental. En una misma semana podemos enfrentarnos a una tarea de subtitulado para un vídeo sobre manipulación de competiciones, a la traducción de actas de una asamblea general, a un artículo para la Revista Olímpica y a un contrato de varias páginas en el que se detalla todo lo que un proveedor entiende por «dispositivos móviles». También nos encargamos de la correspondencia con los miembros y comités nacionales hispanófonos, de discursos del presidente o de guías y plataformas web para la solicitud de ayudas, entre otros. La mayoría del trabajo —entre 400 000 y 500 000 palabras por año, principalmente a partir del inglés— se realiza de manera interna, y en momentos puntuales recurrimos a un grupo de traductores autónomos con los que hemos desarrollado una relación de confianza y que conocen el estilo.

El uso de tecnologías de ayuda a la traducción difiere entre cada unidad lingüística, aunque estamos en proceso de adoptar una herramienta TAO común a todos. Si bien nuestros textos no tienen grandes números de repeticiones, sí es frecuente realizar actualizaciones de documentos ya traducidos, y en este sentido el uso de TAO supone un aumento notable de productividad, coherencia y ergonomía.

Solamente el francés y el inglés son lenguas oficiales en el COI, lo que implica ventajas y desventajas.

Solamente el francés y el inglés son lenguas oficiales en el COI, lo que implica ventajas y desventajas. Por un lado, el volumen de trabajo es menor y más manejable (por ejemplo, rara vez tendremos que traducir un comunicado de prensa urgente un domingo) y nos permite trabajar con mayor flexibilidad en todos los sentidos. Por otro, carecemos de la fuerza prescriptiva que tienen las otras lenguas, lo que puede suponer un problema de coherencia terminológica. Un ejemplo de ello son las diferencias léxicas entre España y Latinoamérica a las que nos enfrentamos con motivo de los Juegos Olímpicos de la Juventud de Buenos Aires 2018. ¿Hablamos de «saltos» o de «picados»? ¿De «estación de control antidopaje» o de «zona de control de dopaje»? ¿Tuteamos o utilizamos el vos? Nuestro libro de estilo se basa en el español castellano, pero en este caso estimamos que era más razonable dejar libertad al Comité Organizador, pues se trataba de un acontecimiento con una proyección bastante local y dirigido a un público joven. A veces, la incoherencia terminológica es el menor de los males. En cualquier caso, consultamos regularmente la documentación de las federaciones deportivas nacionales de varios países hispanoparlantes con miras a utilizar una terminología natural para los atletas y demás personas implicadas.

Los deportes de invierno son tema aparte: encuentre usted en español terminología sobre las partes de un skeleton.

Los deportes tradicionales, como la natación o el atletismo, tienen una terminología bien asentada y conocida por todos. La cosa comienza a complicarse al llegar a las categorías de peso de boxeo, pero salimos airosos. En gimnasia rítmica femenina, el «Group All-Around» resulta ser la «competición múltiple por conjuntos». En remo, el «Single Scull» es el «skiff» en español. En ciclismo, el uso mayoritario habla de pruebas de «mountain bike cross country». Lo mismo nos ocurre con las novedades más jóvenes y urbanas del programa olímpico, como el skateboarding: en Tokio 2020 tendremos pruebas de «street» y «park». Los deportes de invierno son tema aparte: encuentre usted en español terminología sobre las partes de un skeleton.

Tres ejemplares de la Revista Olímpica¿Y qué ocurre durante los Juegos Olímpicos, la cara más visible de nuestro trabajo? Esta parte corre a cargo de los comités organizadores de los Juegos Olímpicos. El COI desempeña una función institucional, de desarrollo y de coordinación que resulta en una actividad más continuada, mientras que los comités organizadores se encargan de hacer realidad un complejísimo acontecimiento que dura unas dos semanas (cuatro, si tenemos en cuenta los Juegos Paralímpicos). Estas últimas son entidades efímeras, en las que el trabajo y el número de empleados pasa de una docena a miles durante su breve existencia, que no llega a los diez años. Tras la extinción del pebetero olímpico, el comité organizador desaparece y sus activos pasan a manos del COI. En lo que respecta a nuestro ámbito, los comités organizadores deciden qué servicios y lenguas ofrecerán en cada edición, pero no dependen directamente de los Servicios Lingüísticos del COI, por lo que cada edición es un mundo. Únicamente han de respetar los mínimos estipulados en el contrato de la ciudad sede. Se suele traducir al español, pero no nos encargamos nosotros. Cada cuatro años, mientras el comité organizador genera miles de palabras de contenido y contrata cientos de horas de interpretación, los traductores españoles del COI aprovechan para disfrutar de las retransmisiones de las competiciones olímpicas y del maravilloso verano junto al lago, porque al no ser una lengua oficial, el trabajo es escaso durante esas dos semanas. ¡Algo bueno tenía que tener no ser una lengua oficial!

El Comité Olímpico Internacional es una organización sin ánimo de lucro regida por la legislación suiza y que redistribuye el 90 % de los ingresos de los Juegos a programas de desarrollo del deporte en todo el mundo.

Al contrario que otras organizaciones internacionales como las Naciones Unidas, que se rigen por un estatus especial, el Comité Olímpico Internacional es una organización sin ánimo de lucro regida por la legislación suiza y que redistribuye el 90 % de los ingresos de los Juegos a programas de desarrollo del deporte en todo el mundo. Sus empleados no somos funcionarios internacionales, por lo que nuestro contrato se rige por las mismas leyes que el de cualquier otro trabajador en Suiza.

En resumen, el trabajo en el COI tiene un poco de la versatilidad de una navaja suiza. A veces, un traductor puede echar en falta una mayor implicación en los Juegos Olímpicos, pero sabemos que nuestra contribución permite celebrar un acontecimiento sin parangón en el que todos los pueblos se unen durante dos semanas en una competición pacífica. Y para los momentos más duros, aquellos en los que toca enfrentarse a un manual de 100 000 palabras, el chocolate suizo ayuda.

Héctor López Conceiro
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Héctor López Conceiro posee un máster en Interpretación de Conferencias por la Universidad de Ginebra (antigua ETI) y una licenciatura en Traducción e Interpretación por la Universidad de Vigo. Desde 2016 es el traductor de español del Comité Olímpico Internacional en Lausana (Suiza). Antes de unirse a la familia olímpica, fue intérprete autónomo en organizaciones internacionales, traductor jurado de francés y gestor de proyectos.

Héctor López Conceiro
Héctor López Conceiro
Héctor López Conceiro posee un máster en Interpretación de Conferencias por la Universidad de Ginebra (antigua ETI) y una licenciatura en Traducción e Interpretación por la Universidad de Vigo. Desde 2016 es el traductor de español del Comité Olímpico Internacional en Lausana (Suiza). Antes de unirse a la familia olímpica, fue intérprete autónomo en organizaciones internacionales, traductor jurado de francés y gestor de proyectos.

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