19 abril 2024
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14.º Concurso de Traducción San Jerónimo. Entrevista a Carlos Gancedo y Julia Pozuelo

Reseñamos brevemente la 14.ª edición del Concurso de Traducción San Jerónimo y entrevistamos a dos de sus ganadores, Carlos Gancedo (segundo premio) y Julia Pozuelo (primer premio, categoría Estudiante), ambos socios de Asetrad. Nuestro agradecimiento a los dos por su buena disposición hacia la revista.

Fotos cortesía del Servicio de Gestión de Conferencias de la ONUV / Lilia Jiménez-Ertl

Premio San Jerónimo

El pasado 16 de mayo de 2019 se entregaron en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena los premios correspondientes al 14.º Concurso de Traducción San Jerónimo. Este concurso anual, iniciado en 2005 por el Servicio de Traducción al Inglés en la Sede de las Naciones Unidas, atrae cada vez a más participantes.

Este concurso anual, iniciado en 2005 por el Servicio de Traducción al Inglés en la Sede de las Naciones Unidas, atrae cada vez a más participantes.

Pueden presentarse al concurso aquellos traductores que trabajen o hayan trabajado para el sistema de las Naciones Unidas, así como el personal de todas las misiones permanentes acreditadas ante las Naciones Unidas y los estudiantes de las universidades que hayan firmado un memorando de entendimiento con las Naciones Unidas y universidades asociadas.

Jurado del Premio San Jerónimo
El jurado

En esta edición del concurso, el jurado para la traducción al español estuvo compuesto por María Elena Blanco (exjefa de la Sección de Traducción al Español de las Naciones Unidas en Viena) y Neila García Salgado (Premio Nacional a la mejor traducción en 2018).

En la categoría general, el primer premio fue para Roberto Gracia-García, recientemente incorporado al servicio de traducción de la Oficina de las Naciones Unidas en Viena, mientras que el segundo premio lo obtuvo Carlos Gancedo, que trabaja para distintas organizaciones internacionales como traductor externo y temporero.

La ganadora en la categoría de estudiantes fue Julia Pozuelo, de la Universidad de Salamanca.

Desde La Linterna felicitamos a los premiados y estamos encantados de que entre ellos haya dos socios de Asetrad: Julia Pozuelo y Carlos Gancedo, que se unen así a Ana Puga y Amanda Fernández, galardonadas en ediciones anteriores del concurso.


Entrevista a Carlos Gancedo

Carlos Gancedo

Carlos Gancedo, nacido en Madrid en 1969, es licenciado en Ciencias Físicas y se dedica profesionalmente a la traducción desde 1992. Es traductor jurado de alemán, francés e inglés. Tras sus inicios en la traducción periodística y, más tarde, en el sector de las patentes, su actividad se ha orientado fundamental, pero no exclusivamente, hacia la traducción médica y farmacéutica. Colabora con diversas organizaciones internacionales como temporero y traductor externo y es socio de Asetrad y de la asociación alemana de traductores BDÜ.

Carlos, enhorabuena por el segundo puesto conseguido. ¿Qué te llevó a participar en el Concurso de Traducción San Jerónimo?

Seguramente esto es lo que más me atrajo: el reto de enfrentarme a un original mucho más creativo y personal que los que suelo manejar en mi trabajo cotidiano.

Debo confesar que hasta hace poco desconocía la existencia de este concurso, al que me presenté después de que me hablase de él una compañera de profesión. Se trataba de traducir un artículo periodístico marcadamente irónico, muy distinto por su estilo a los textos con los que se suele trabajar en las organizaciones internacionales, que lógicamente tienden a ser más encorsetados. Seguramente esto es lo que más me atrajo: el reto de enfrentarme a un original mucho más creativo y personal que los que suelo manejar en mi trabajo cotidiano.

Entrega del premio a Carlos Gancedo

¿Cómo fue la entrega de premios?

Además de la satisfacción de recibir el diploma y conocer a nuevos colegas en Viena, lo más enriquecedor e instructivo fue escuchar a los jurados explicar las dificultades de traducción que entrañaba el texto en los diferentes idiomas y las distintas soluciones propuestas por los concursantes. Me gustaría destacar las siguientes palabras del jurado español, que sin duda son aplicables a casi cualquier situación traductiva: «No encontramos ninguna traducción perfecta, y dudamos incluso que exista. Confiamos más bien en que, para poder reflejar completamente todos los aspectos lingüísticos y expresivos importantes del original, tendríamos que ir extrayendo, uno a uno, los mejores aciertos de cada propuesta. Solo así, quizás, rozaríamos esa idea —tal vez quimérica— de perfección».

Háblanos un poco de ti, ¿llevas mucho tiempo traduciendo para organismos internacionales? ¿Qué destacarías de tu experiencia en ese campo?

Aunque llevo más de un cuarto de siglo traduciendo profesionalmente, mi trayectoria en el mundillo institucional es mucho más corta. Empecé a colaborar como traductor externo con la OMS en 2013 y con la OMC en 2017, y desde entonces también he realizado varias temporerías en Ginebra para ambas organizaciones. Aunque supone una gran responsabilidad traducir en esos ámbitos, también es cierto que se trabaja con la «red de seguridad» que supone el poder consultar en todo momento a colegas más experimentados o cotejar terminología en el acervo casi infinito de textos institucionales traducidos desde mediados del siglo xx hasta nuestros días (spoiler: no, las traducciones no siempre son totalmente coherentes y homogéneas).

Entrevista a Julia Pozuelo

Julia Pozuelo Menéndez

Julia Pozuelo Menéndez se graduó en Traducción e Interpretación en la Universidad de Salamanca en 2019. Durante la carrera se especializó en Interpretación. Sus lenguas de trabajo son el español, el inglés y el francés. En 2016 disfrutó de la beca Erasmus, gracias a la cual estudió un curso en Angers (Francia). En 2019 ganó el Premio de Traducción San Jerónimo de la ONU en la categoría Estudiante por la traducción al español del texto Out of my comfort zone, wandering around Harrods in the wrong trousers. Actualmente realiza sus prácticas Erasmus en una agencia de traducción en Limerick (Irlanda). Es socia de Asetrad desde 2019.

Julia, enhorabuena por ese primer premio en la categoría Estudiante. ¿Qué puedes contarnos de tu participación en el concurso? ¿Cómo se te ocurrió presentarte? ¿Te pareció un texto difícil?

Entrega del premio a Julia Pozuelo

En primer lugar, muchas gracias por invitarme a formar parte de este número de La Linterna del Traductor; es todo un honor. Me enteré de la existencia del concurso San Jerónimo en 2017: la Universidad de Salamanca tiene firmado un Memorando de Entendimiento con la ONU, por lo que los alumnos están invitados a participar. Ese año pensé en presentarme, pero al final se me acumularon trabajos, exámenes y demás obligaciones y no tuve tiempo. Por eso este año me dije «ahora sí o sí». Y, bueno, salió bien.

El texto en cuestión me llamó la atención desde el principio. Se trata del relato en primera persona de un padre de familia irlandés que se siente fuera de lugar al visitar los lujosos almacenes Harrods en Londres. Yo también me sentí así cuando los visité: ¡tanto lujo a mi alrededor y yo tan clase media! Así que lo que más me atrajo fue poder empatizar con el autor. Por otro lado, fue uno de esos textos que, aunque a primera vista parecen fáciles, a medida que avanza la traducción te van sorprendiendo con dificultades ocultas. Pero eso es lo que me gusta: el desafío que supone hacer justicia a un texto bien escrito. En conclusión, fue muy entretenido de traducir y eso era lo que yo quería, ya que mi objetivo al presentarme al concurso era dedicar un tiempo a traducir un texto y disfrutar el proceso.

¿Cómo fue la experiencia de ir a Viena a recogerlo?

Lo que más ilusión me hizo fue, tras la ceremonia, conocer a los otros premiados, a los jueces, a los intérpretes de la cabina española y a los integrantes del Servicio de Traducción al Español.

Fue muy emocionante estar por primera vez en la Oficina de las Naciones Unidas en Viena. Lo cierto es que tuve tiempo de sobra para recorrer la sede: como no quería alimentar el estereotipo según el cual los españoles llegamos siempre tarde, me presenté allí dos horas antes de lo acordado. Lo que más ilusión me hizo fue, tras la ceremonia, conocer a los otros premiados, a los jueces, a los intérpretes de la cabina española y a los integrantes del Servicio de Traducción al Español. Siempre es un placer conocer a compañeros de profesión tan simpáticos.

Háblanos un poco de ti: ¿por qué TeI? Qué te gusta más de la carrera, qué te gustaría hacer profesionalmente…

Los idiomas siempre me han gustado. No obstante, mi primer contacto con el mundo de la traducción fue en bachillerato, donde tuve una profesora de latín que me hizo apasionarme por el mundo de las lenguas y descubrir lo gratificante que es traducir. Además, un amigo que estudiaba Traducción en la Universidad Complutense me animó a presentarme a la prueba de acceso de TeI de la Universidad de Salamanca. Así que en 2015 pasé la prueba de acceso y empecé Traducción e Interpretación en la USAL sin tener muy claro si ese era el camino adecuado. Ahora, cuatro años después y recién graduada, puedo afirmar que sí lo fue. Me encanta traducir y tengo claro que quiero dedicar el resto de mi vida a ello. Actualmente estoy haciendo unas prácticas Erasmus en una agencia de traducción irlandesa y mi intención es ir poco a poco buscando mi sitio en el mundo laboral. Me gustaría especializarme en traducción audiovisual y en accesibilidad, algo que tengo más claro tras hacer los cursos de audiodescripción de ATRAE. De todos modos, creo que soy joven aún para definir mi futuro laboral y prefiero dejar las puertas abiertas a todo lo que llegue.

¿Qué importancia tiene para ti el asociacionismo? ¿Por qué has elegido Asetrad?

Creo que para cambiar las cosas debemos asociarnos. Esto se aplica a cualquier ámbito de la vida, incluida nuestra profesión. Como recién graduada, me da mucha seguridad saber que puedo apoyarme en compañeros con más experiencia que yo, que me pueden orientar y ayudar si lo necesito. En el último cuatrimestre de la carrera se nos insistió en la importancia de asociarse, y por eso llevaba ya un tiempo pensando en unirme a Asetrad. Al final me acabé decidiendo tras asistir al ENETI en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.

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