28 marzo 2024
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Entrevista al intérprete George Rayess Yazbeck

La Linterna del Traductor entrevista a George Rayess Yazbeck. Intérprete de conferencias de origen libanés, George relata su experiencia en calidad de coordinador del servicio de interpretación de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO), agencia de la Comisión Europea donde desempeñó este cargo desde 2015 hasta finales de 2018.

¿Cómo contactó contigo la Oficina Europea de Apoyo al Asilo y cuándo empezaste a colaborar con ellos?

Empecé a trabajar como intérprete para la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) en octubre de 2015 en Lesbos, Grecia, a través de una agencia española. Al alargarse el proyecto y superar ya los cuatro meses, la agencia española decidió modificar mi contrato a la baja, pero rechacé esta medida y decidí rescindirlo. Al enterarse la EASO, coincidiendo con la firma del famoso acuerdo de la Comisión Europea con Turquía, me ofreció mejores condiciones para quedarme, pero esta vez fue para formar y coordinar al equipo de intérpretes. Y así me quedé hasta junio de 2018.

¿Qué perfil buscaban? ¿Por qué crees que te eligieron a ti?

La EASO carecía de una persona que pudiera encargarse de un equipo de más de 200 mediadores culturales repartidos por Grecia (islas y continente) y buscaba un perfil capaz de formar un equipo de mediadores culturales y de coordinar sus actividades sobre el terreno. Creo que me eligieron a mí por varios motivos: mi combinación lingüística (árabe, español, inglés y francés), mi experiencia de cinco o seis meses en el campo, mi conocimiento del proceso de asilo, mis contactos con las partes relevantes y, supongo, porque vieron en mí a la persona que podía hacer el trabajo.

¿Cómo se desarrollaba tu trabajo diario? ¿En qué consistía exactamente?

Mi trabajo empezaba con la evaluación del mediador cultural antes de su contratación. Parte de los candidatos procedía de las oficinas de asilo de los Estados miembros y la otra parte de agencias externas.

Mi trabajo empezaba con la evaluación del mediador cultural antes de su contratación. Parte de los candidatos procedía de las oficinas de asilo de los Estados miembros y la otra parte de agencias externas. El candidato era evaluado por teléfono o por videoconferencia antes de su contratación provisional. Una vez en el lugar de trabajo, el intérprete se sometía de nuevo a otra evaluación in situ para determinar su contratación definitiva. Debo añadir que más de la mitad de los candidatos presentados no fueron admitidos por no reunir los requisitos mínimos. Una vez contratado, había que explicarle todo el proceso y ponerlo a prueba acompañándolo en las entrevistas para asegurar su buen rendimiento. Era necesario organizar los horarios y los turnos y asegurar el cumplimiento del código de conducta profesional y social en todos sus aspectos. Quizás la tarea más difícil fue mantener la coherencia del equipo y la armonía entre sus miembros. Había mediadores culturales de más de 20 nacionalidades distintas, de todas las creencias religiosas e ideologías políticas posibles, trabajando en más de 24 idiomas diferentes. Además del árabe y del kurdo en todos sus dialectos, el farsi (Irán), el dari (Afganistán), el urdu y el punjabi (Pakistán), el francés (África subsahariana) e incluso el español (República Dominicana y Ecuador), se manejaban idiomas tan exóticos como el bengalí, suajili, somalí y twi (que se habla en el sur de Ghana). La EASO da la misma importancia a los aspectos personales que a los sociales de su código de conducta dentro y fuera del entorno de trabajo, y eso había que mantenerlo, no solamente para salvaguardar la buena imagen de la institución, sino, y más importante, para mantener el carácter humanitario de sus operaciones en Grecia.

¿Cuáles son las mayores dificultades con las que te encontrabas en el día a día?

Hubo casos en los que la tribu del intérprete había sido masacrada por la tribu a la que pertenecía el solicitante de asilo.

Aparte de los típicos problemas a los que uno se enfrentaba a diario: turnos, horarios, retrasos, quejas, horas extraordinarias, tensión entre los miembros del equipo, era muy importante asignar el intérprete adecuado a la actividad oportuna y elegir el idioma y dialecto manteniendo el estricto cumplimiento del código de conducta en su punto de «conflicto de intereses». Hubo casos en los que el intérprete y el solicitante de protección internacional eran del mismo pueblo o eran miembros de la misma tribu o comunidad, otros en los que habían ido a la misma escuela o universidad; también hubo casos en los que la tribu del intérprete había sido masacrada por la tribu a la que pertenecía el solicitante de asilo. Todos estos casos representaban un claro conflicto de intereses para el intérprete y, por lo tanto, no podía asistir al refugiado. Se hace para evitar cualquier trato a favor o en contra y así garantizar la neutralidad y la imparcialidad de la interpretación. La mayor dificultad, que no tiene nada que ver con el aspecto profesional, quizás era la seguridad del equipo. El trabajo se desarrollaba dentro de un campo de refugiados cerrado, y la amenaza de disturbios era diaria. Interrumpir nuestras actividades y evacuar a todo el personal escoltado por las fuerzas de seguridad era frecuente (llegaron a tirarnos piedras, cócteles molotov y todo tipo de objetos).

¿Crees que disponías de los medios suficientes/idóneos para formar a tantas personas y en tantos idiomas distintos?

El idioma de trabajo era el inglés. Todo el personal desplegado en las operaciones debía tener un dominio suficiente de este idioma para poder realizar su trabajo adecuadamente. Se organizaban seminarios de formación regulares en los centros de trabajo y, esporádicamente, en Atenas, a donde se desplazaban todos los mediadores culturales de las islas. También se organizaron cursos de formación en línea. La formación es constante; la EASO pone todos los medios para garantizar el buen desarrollo del trabajo.

Las personas con las que contabas ¿tenían algún tipo de formación previa en idiomas o interpretación?

Había mucha prisa en iniciar las operaciones en Grecia y cometimos muchos errores. Uno de ellos fue contratar a los mediadores culturales disponibles. Muchos de ellos no tenían ni la más mínima formación ni experiencia en interpretación, pero había que empezar como fuera. Al poco tiempo fuimos manteniendo a los mejores y trayendo nuevos mediadores culturales y formando a los que ya teníamos. Algunos de ellos, muy pocos, enviados por las oficinas de asilo de los Estados miembros de la Unión Europea, sí tenían experiencia, pero había que adaptarla a las exigencias de las autoridades locales.

¿Existían protocolos a la hora de elegir a hombres o mujeres para según qué interpretación?

Los solicitantes de asilo tienen derecho a elegir el sexo del intérprete que les va a asistir en su entrevista, siempre y cuando lo haya para un idioma determinado.

Elegir a la persona adecuada para según qué tarea era una de las labores del coordinador. Por la mañana, o el día anterior, se me informaba de todas las actividades del día para preparar los horarios y los turnos. Los solicitantes de asilo tienen derecho a elegir el sexo del intérprete que les va a asistir en su entrevista, siempre y cuando lo haya para un idioma determinado. También hay casos de personas vulnerables, enfermas, niños o niñas, menores no acompañados, víctimas de abusos, de violencia, de torturas o de violación, perseguidos por su ideología política o religiosa o su inclinación sexual, etc. Mi trabajo como coordinador era poner al intérprete adecuado en el sitio correcto.

¿Cómo ven los refugiados a los intérpretes que los acompañan?

Muy buena pregunta. Para los refugiados, el intérprete es el responsable de sus éxitos y de sus desgracias. Con el tiempo, pudimos formar un buen equipo de intérpretes en todas las islas y en el continente: un equipo humano y profesional capaz de garantizar un excelente servicio de interpretación. Pero, como siempre, al intérprete se le culpa porque es la voz del refugiado y la persona que tiene que transmitir su mensaje a las autoridades locales para que estas puedan tomar una decisión que afectará al resto de su vida y de la de su familia. Una de las cosas en la que insistíamos mucho es el papel neutral que tiene que desempeñar el intérprete en todos los aspectos de su trabajo. El intérprete asiste al refugiado y al entrevistador, y sale como si no hubiera estado nunca en la entrevista.

¿Y cómo los veían las fuerzas de seguridad europeas?

Para las fuerzas de seguridad, tanto europeas como locales, la figura del intérprete era imprescindible. Nos veían como un gran apoyo y estaban muy agradecidos. Además de prestar servicios de interpretación en las tareas de identificación de los refugiados y solicitantes de protección internacional, los intérpretes ofrecíamos nuestros servicios en las negociaciones entre las fuerzas de seguridad y los grupos étnicos cuando había que tratar o solucionar problemas de seguridad dentro del campo o entre los diferentes grupos étnicos que convivían allí.

¿Crees que de vuestro trabajo se podría sacar algún tipo de protocolo de actuación que se pueda usar en otros casos y otras situaciones de emergencia? (como el caso del Aquarius en España, el año pasado)

Creo que nuestro trabajo debería seguir siendo el mismo de siempre, que es ser la voz de las personas sin voz. En estos casos el intérprete tiene que ser, como lo ha sido siempre, imparcial y sin ningún tipo de conflicto de intereses.

Creo que nuestro trabajo debería seguir siendo el mismo de siempre, que es ser la voz de las personas sin voz. En estos casos el intérprete tiene que ser, como lo ha sido siempre, imparcial y sin ningún tipo de conflicto de intereses. Si perdemos eso, perdemos la esencia de nuestro trabajo y de nuestra profesionalidad. Para el resto de las cosas están las ONG y las organizaciones humanitarias que, salvo algunos casos, están haciendo una excelente labor. Por lo tanto, no hay que sacar ningún protocolo de actuación de nuestro trabajo y lo que hay que hacer es fomentar las actividades de formación e insistir en la necesidad de un buen servicio de interpretación para garantizar no solo los derechos del refugiado o del solicitante de protección internacional, sino también la aplicación de las leyes nacionales vigentes y, por consiguiente, la seguridad de las comunidades de acogida.

¿Crees que de alguna manera las asociaciones profesionales europeas de nuestro sector podrían proporcionar ayuda o participar de alguna forma en la labor de formar a los intérpretes que trabajaban contigo?

Sin ninguna duda. Creo que nuestro deber y nuestra responsabilidad como asociaciones profesionales, además de velar por nuestros propios intereses, es garantizar la profesionalidad del sector. Son muy pocas las universidades o los institutos que ofrecen formación profesional en este campo. La interpretación en el contexto de los refugiados y la protección internacional está aún en pañales y hacen falta personas preparadas para cubrir esta necesidad. Pero lo que realmente se necesita son expertos en la materia capaces de formar a los intérpretes que trabajan o quieran trabajar en esto. Afirmo, basándome en mi experiencia personal en el tema, que se necesita mucha preparación profesional, mental y psicológica para el buen desarrollo de la profesión. Además, es necesaria una formación regular y continua en los puntos críticos donde se desarrolla el trabajo, sobre todo para actualizar los conocimientos relacionados con los reglamentos y las leyes locales.

¿Cuál es ese momento que ejerciendo tu trabajo nunca olvidarás?

Quizás uno de los momentos que más me impactó en Lesbos fue cuando un grupo de refugiados problemáticos nos atacó con piedras de gran tamaño y, acto seguido, nos lanzó varios cócteles molotov.

La verdad es que hay muchos momentos que nunca olvidaré, los suficientes para escribir un buen libro. Quizás uno de los momentos que más me impactó en Lesbos fue cuando un grupo de refugiados problemáticos nos atacó con piedras de gran tamaño y, acto seguido, nos lanzó varios cócteles molotov; hubo varios heridos leves y quedaron calcinados varios contenedores que usábamos como oficinas. Tuvimos que ser evacuados y escoltados por las fuerzas de seguridad y hubo momentos terribles de pánico de varios intérpretes. Otro momento, más terrible aún, fue cuando en la isla de Chios un refugiado se quemó a lo bonzo sin que pudiéramos hacer nada por él; fue trasladado al hospital, donde falleció al poco tiempo de ingresar.

Si pudieras pedir una cosa para facilitar tu trabajo y el de esos intérpretes, ¿qué pedirías?

La universidad tiene que desempeñar un papel mucho más importante; se tiene que involucrar a fondo en el proceso de formación del intérprete en el contexto del asilo y la protección internacional. La crisis de los refugiados que empezó hace siete años ha venido para quedarse, y ni las autoridades europeas, salvo medidas políticas ajenas a nuestra profesión, ni la universidad han hecho nada para formar buenos intérpretes. Ha llegado la hora de coger el toro por los cuernos, y no solo para evitar el intrusismo brutal y masivo, sino también para defender el buen nombre de nuestra profesión y de nuestros profesionales.

George Rayess Yazbeck
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Nació en el Líbano, donde vivió hasta los 18 años. Estudió Arquitectura en la Universidad de Florida (EE. UU.). Vive en España desde 1984, cuando empezó a dedicarse a la traducción y la interpretación. Ha sido intérprete del rey de España y de todos los presidentes del Gobierno español y de algunos ministros. Actualmente es profesor del máster en Interpretación de Conferencias de la Universidad Alfonso X el Sabio y conferenciante en la Universidad de Granada, la Universidad de Nebrija y la Universidad de Salónica (Grecia). Colabora habitualmente con el periódico árabe Asharq Alawsat y con las cadenas BBC Arabic, CNBC Arabia y France 24. Fue coordinador del servicio de interpretación de la Oficina Europea de Apoyo al Asilo (EASO) desde 2015 hasta finales de 2018. Actualmente es intérprete y traductor freelance e imparte cursos de formación a los intérpretes desplegados en Grecia para la EASO.

Marcella Bracco
Marcella Bracco
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Licenciada en Traducción e Interpretación (Universidad de Bolonia) y máster en Traducción, Interpretación y Tecnología (Universidad Menéndez Pelayo, Santander). Marcella lleva más de 20 años trabajando como intérprete autónoma en el mercado español y europeo. Entre sus especialidades destaca la interpretación en los ámbitos médico, político y empresarial (en sectores como la moda, el deporte y la construcción). Sigue formándose y ampliando sus horizontes, dedicándose en especial a descubrir cómo las nuevas tecnologías pueden ayudar a mejorar la calidad de su trabajo diario de intérprete de conferencias.

Virginia Cabañas Carrero
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Es traductora e intérprete de conferencias desde 2000. Es licenciada en Traducción e Interpretación por el centro universitario Cluny ISEIT donde asimismo cursó el I Máster en Interpretación de Conferencias. Ha sido docente de interpretación consecutiva, simultánea, enlace y chuchotage en distintas universidades y cursos. Es miembro de Asetrad y trabaja con inglés, francés y español, aunque el italiano está cada vez más presente en su vida. Es capaz de compaginar su trabajo de madre con los viajes profesionales, traducciones e  interpretaciones

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